En la ciudad de Llanera en Asturias, el artista urbano Okuda San Miguel trabajó durante 7 días seguidos para convertir una vieja iglesia de una fábrica de explosivos en un impresionante skate park cubierto de coloridos murales con su característico estilo isométrico y personajes que encontramos recurrentemente en su trabajo.
Este proyecto fue desarrollado por el colectivo Church Brigade en conjunto con el artista y la plataforma de crowdfunding Verkami dando como resultado un auténtico templo del arte y del skate.
¿Que les parece?